miércoles, 10 de septiembre de 2014

Pundarika de Humberto Senegal

No escuchaste abeja,
mi poema a la flor. Había
una rosa en tu camino


Entre el alto
de un pájaro y l pestañeo
de mis ojos, ¡un árbol! 


En la ardiente tarde 
no logra
el sol calentar la sombra


A la madrugada
desperté sobresaltado
confundiendo los lentos pasos
del caballo
con latidos de mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario