No escuchaste abeja,
mi poema a la flor. Había
una rosa en tu camino
Entre el alto
de un pájaro y l pestañeo
de mis ojos, ¡un árbol!
En la ardiente tarde
no logra
el sol calentar la sombra
A la madrugada
desperté sobresaltado
confundiendo los lentos pasos
del caballo
con latidos de mi corazón.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
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