sábado, 12 de enero de 2013
Los pinos no son ningunos principiantes
Tan filados y tan serios
musgo ante los ojos del Consejo de Creadores,
han escondido siempre
a los más misteriosos seres de la Tierra.
En breve olvidan las malas intenciones
y eternamente entierran sus voces
bajo las rocas.
De ahí que algunos labriegos presientan duendes,
de ahí el suave velo de las primeras horas.
Bajo su forma ocultan los ángeles,
náufragos de las tormentas,
sus irreparables alas.
Con alta precisión y fidelidad los pinos callan,
como en el más humilde y añejo relato
del bosque.
miércoles, 9 de enero de 2013
De Poemas Asuntos internos
Héctor Fagot
SALA X O LA MAGA DESNUDA
Primero antes del ritual
está volando la música
para que la noche tenga
ese sabor a saxo bailador.
En esas llega tu saliva
y empieza escalar el muro de mis arterias
después el agua milagrosa con que te envino
antes de soltar el jaguar del delirio
con que olfateo.
Mi corazón ahora vaticina
la ofrenda de tu entrega.
Con mis ojos de tijera, ya en el lecho
recorto tu silueta
que le robo al mapa de la noche
casi muerdo tu yugular que es un incendio
casi me sumerjo en el balanceo de tus senos
entonces mientras taladro tu quejido
me lanzo al peñasco de tu vientre
para saborear la humedad de tus líquenes
la pelusa de tu musgo
mientras tus uñas (esas otras fieras alimañas)
hacen su recorrido por mi espalda.
Sabía que en tu cuerpo (esa concha marina)
me estabas escondiendo esta perla
que ahora brilla entre dientes.
Mujer de cara
Tu cuerpo es la catedral de mi locura
Ahora comprendo con lucidez
que si la densidad ilimitada del goce
que le sigue
fuera perdurable siquiera media tarde
ya sería yo ese dios que me he soñado.
Mujer: cuando despierto a tu lado
Soy el primer Adán
Y tu desnudez
la palabra original
en la memoria del cuarto
después del cuarto
después de amarte
la sensación
de haber asistido al paraíso.
Héctor Fagot
SALA X O LA MAGA DESNUDA
Primero antes del ritual
está volando la música
para que la noche tenga
ese sabor a saxo bailador.
En esas llega tu saliva
y empieza escalar el muro de mis arterias
después el agua milagrosa con que te envino
antes de soltar el jaguar del delirio
con que olfateo.
Mi corazón ahora vaticina
la ofrenda de tu entrega.
Con mis ojos de tijera, ya en el lecho
recorto tu silueta
que le robo al mapa de la noche
casi muerdo tu yugular que es un incendio
casi me sumerjo en el balanceo de tus senos
entonces mientras taladro tu quejido
me lanzo al peñasco de tu vientre
para saborear la humedad de tus líquenes
la pelusa de tu musgo
mientras tus uñas (esas otras fieras alimañas)
hacen su recorrido por mi espalda.
Sabía que en tu cuerpo (esa concha marina)
me estabas escondiendo esta perla
que ahora brilla entre dientes.
Mujer de cara
Tu cuerpo es la catedral de mi locura
Ahora comprendo con lucidez
que si la densidad ilimitada del goce
que le sigue
fuera perdurable siquiera media tarde
ya sería yo ese dios que me he soñado.
Mujer: cuando despierto a tu lado
Soy el primer Adán
Y tu desnudez
la palabra original
en la memoria del cuarto
después del cuarto
después de amarte
la sensación
de haber asistido al paraíso.
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