miércoles, 30 de abril de 2014

De Uriel Giraldo Alvarez

El viento
anda demasiado quieto a esta hora
como si hubiera huido
o estuviera escondido entre las hojas
empozado en la fronda de los árboles
Parece que llegara de hacer una travesura
o se aprestara a hacerla
El viento se halla lleno
de una pavorosa quietud
que hace que cierre la ventana
y corra las cortinas